TEMA 5 - DIVULGACIÓN CIENTÍFICA
Cada mañana (o en las que me levanto con tiempo), empiezo el día desayunando y escuchando AM, el resumen informativo matutino de Charo Marcos y Andrés Moraleda. En este podcast diario resumen en pocos minutos las noticias claves del día. Como generación no muy cercana a los periódicos o telediarios, este tipo de podcast (aunque breves), son una manera de acércame a los medios tradicionales de difusión, en este caso la radio, sin la sobre estimulación y sobre carga de información de los noticieros digitales.
¿De qué manera llega hasta nosotros la ciencia? ¿Es a través de revistas y artículos? ¿programa de televisión especializados? ¿o es a través de videos de Youtube y TikTok? Sea como sea, parece ser que las formas en las que se cuela el conocimiento científico en nuestras vidas parece estar tomando una deriva interesante.
Si bien es cierto que los noticiarios difunden información, este ejercicio nos preguntaba por las formas en las que accedemos a la ciencia. Así, aunque no de forma diaria, me gustaría hablar de las diferentes formas y formatos en las que accedo a ella.
Desde que he tenido acceso a internet me ha encantado navegar por la red. No solo en redes sociales o juegos virtuales, sino en videos y blogs de personas que contaban sus experiencias, pero también sus conocimientos. De entre estos, el que últimamente estoy consumiendo más es el videopodcast de Judith Tiral “Tenia la duda”. En estos videos (que dejo enlazados) la presentadora investiga a persona variopintas. ¿Cómo es la vida de una persona con narcolepsia? ¿y una ex integrante de una secta? ¿hay detectives privados en España? Aunque sea muy divulgativo, ver las vivencias de personas muy alejadas a la mía me parece muy enriquecedor a la vez que entretenido.
Pero si queremos ponernos más “científicas”, uno de los podcasts que más disfruto es el de “Las hijas de Felipe”, narrado por Carmen Urbita y Ana Garriga, un programa semanal donde, como dicen ellas, “no te ha pasado nada a ti que no le haya pasado ya a una monja del siglo XVII”. Estas dos alumnas predoctorales medievalistas hacen un recorrido por la historia de nuestro país contando todo aquello que dejaron fuera los libros de textos tradicionales. ¿Lo mejor? No solo lo hacen interesante, sino que a través de formatos innovadores y anécdotas curiosas, están consiguiendo acercar la ciencia y la historia a miles de personas que habían dejado atrás este tipo de contenido.
Alejándonos del podcast y entrando en el mundo contemporáneo, he de admitir que mucho del contenido que consumo es a través de TikTok. Esta plataforma, tan amada como criticada, es la fuente interminable de vídeos de que te hacen perder la noción del tiempo, pero también de videos de divulgación. Lejos de los famosos “influencers”, una nueva ola de “creadores de contenido” han encontrado en esta red social la forma de hacer de su investigación su forma de vida. TikTok se ha convertido en una ventana magnífica para la divulgación. Por poner un ejemplo, aquí dejo el enlace de Margarita, una modista extremeña que ha hecho por la difusión de Emérita Lvdica mucho más que el ayuntamiento de su ciudad.
Así que, en resumen, soy consumidor de divulgación. ¿El motivo por el que he escogido estos ejemplos? Es sencillo. Cuando estoy harto de libros, artículos, charlas y exposiciones sobre mi tema de investigación, necesito distraerme con otras cosas que, aunque científicas, se salgan de los canales clásicos y profesionalizados, y si puede ser MUY alejados de mi tema de tesis. ¡A veces necesito no leer una revista indexada en una temporada!
Finalmente, y respondiendo a la pregunta, no se si me vería trabajando en divulgación. A pesar de ser una persona extrovertida y dinámica, creo que divulgar es un arma de doble filo. Lo que llega a nosotros es el producto final, ya sea el video, el podcast o el TikTok, pero lo que eso conlleva, en ocasiones, son horas de estudio, de maquetación, de guiones y de grabación. Con esto, quiero poner en valor el trabajo de las investigadoras que hacen accesible la ciencia, que la acercan a todo el mundo y que convierten aprender en algo ameno y divertido. Pero quien sabe, ¡nunca digas nunca!
Más que "trabajar" de divulagador, yo sugiro incorporar la divulgación a la paleta de actividades del científico. Dependiendo del interés personal y los gustos, con mayor o menor intensidad, pero siempre con algunos mínimos (como atender a los medios generalistas cuando la actualidad pasa cerca de aquello en lo que somos expertos). Pero vamos, no deja de ser una opinión personal :-)
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